"te amo, como eres no por lo que puedas darme. Yo vivo para ti, no de ti"
Azura
La noche era fría, incluso en Helgrath. El fuego chispeaba frente a nosotros, extendiendo su calor en pequeños suspiros ardientes que apenas podían competir con el viento helado que descendía de las montañas. La luna, redonda y blanca, se alzaba alta en el cielo, vigilante, como si supiera que algo grande estaba por comenzar.
Grayson estaba sentado a mi izquierda, en silencio, mirando las llamas con el ceño fruncido. No hacía falta preguntarle qué pensaba. Su lobo, Drux, estaba inquieto, podía sentirlo a través de nuestra conexión incipiente. No lo había marcado aún, pero entre nosotros había una corriente constante de energía que iba y venía, chocando a veces, acariciando otras.
—¿Estás lista? —preguntó Theo, el gamma, rompiendo el silencio con su voz grave.
Mari, que estaba del otro lado, se abrazaba las rodillas mientras el fuego dibujaba sombras en su rostro moreno. Saúl asintió sin apartar la vista de