"el éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos no te rindas, recuerda que el éxito viene después de muchos fracasos"

Erik

El viento me golpeaba el rostro mientras corría a toda velocidad, mis patas golpeando la tierra húmeda con fuerza, dejando huellas profundas. El bosque me rodeaba con su densa oscuridad, pero mis ojos de lobo cortaban las sombras como cuchillas. Mis sentidos estaban agudizados. Sentía cada brizna de hierba, cada crujido bajo la luna oculta. No era un viaje ordinario. Era una misión. Y yo ya no era un lobo cualquiera.

“Ahora eres un alfa”, resonaba la voz de Azura en mi mente como un eco que marcaba el ritmo de mis pasos.

Mi pelaje negro se deslizaba como una sombra entre árboles torcidos. Los aromas del mundo eran distintos desde que desperté esa parte dormida en mí. Había dejado atrás al lobo solitario. Ahora era un alfa al servicio de una reina. Su mano derecha. Su guardián. Y aunque mi camino me alejaba de ella, cada latido me acercaba a cumplir su volunta