"la justicia es ciega, pero no sorda. Debe escuchar las consecuencias de los actos"
Azura
Caminaba por los pasillos de la mansión, envuelta en el aroma de madera antigua y velas de cera que se deshacían lentamente sobre los candelabros. Todo era silencio, un silencio demasiado pesado. Sentía... que algo se me escapaba. Como una sombra al borde de la memoria. Una sensación tenue, pero persistente, como si algo vital estuviera quedando atrás.
De repente, dejé de sentir la presencia de Grayson a mi lado. Sus pasos ya no resonaban conmigo. Me detuve, giré lentamente y lo vi allí, quieto, con los brazos cruzados, esa sonrisa ladina en el rostro y los ojos brillando de diversión.
—¿Qué sucede, Grayson? —pregunté, curiosa pero aún inquieta.
—¿No te olvidas de algo, Azura? —musitó con un tono enigmático.
Fruncí el ceño. Sí, lo sentía. Ese presentimiento seguía ahí, punzante, pero incapaz de materializarse.
Negué con la cabeza en silencio.
Grayson sonrió más amplio y caminó hacia mí, con calm