"duele, aparentar ser fuerte, cuando todo se rompe dentro de ti"
Azura
Mis pies se mueven lentamente, casi arrastrándose, mientras me acerco a ellos. Los lobos no se mueven, me observan. Sus ojos son tan intensos que por un segundo siento que podrían ver hasta los fragmentos rotos que escondí incluso de mí misma. El blanco tiene unos ojos celestes como los míos. El plateado, los tiene oscuros, casi negros, pero no hay frialdad en ellos. Hay fuego. Hay ternura. Hay algo que me dice que los he llevado conmigo toda la vida… incluso sin saberlo.
Pero no puedo evitarlo. Tengo miedo. Un miedo irracional. Doloroso. Me detengo a unos pasos. Mi respiración se agita, mi garganta arde.
—No puedo… —susurro, sintiendo cómo el corazón me late tan fuerte que me retumba en los oídos—. No puedo acercarme. No… no los conozco.
Mis labios tiemblan. Las manos también. Todo en mí quiere correr hacia ellos, gritar “mamá, papá” como si el tiempo no hubiera robado todo. Pero algo dentro me susurra que si doy e