La atmósfera del bosque aquella noche aún resonaba con aullidos. El aura del poder de Alpha que Damian había liberado se extendía tan lejos que podía sentirse en la frontera del territorio.
Desde el sendero, una comitiva de guerreros del White Pack corrió a toda velocidad. Aurora iba al frente, con su capa negra ondeando bajo el viento nocturno. A su lado, Valerie miraba con tensión, escrutando a su alrededor.
—Luna, esta energía de Alpha… es muy fuerte. ¿Acaso es?
Aurora alzó la mano, cortando sus palabras. Entornó los ojos: sentía algo familiar, algo que no debería volver a sentir. El aura del white wolf. Damian.
Llegaron ante la cabaña casi derruida. La puerta principal estaba partida, las paredes agrietadas, y el olor a sangre saturaba el aire. Aurora fue la primera en entrar, con pasos cautos pero firmes.
La escena la dejó sin aliento.
En medio de la estancia destrozada, Damian estaba de pie en su forma de white wolf. Su pelaje relucía bajo la luz de la luna que se colaba por las