Damian se acercó por detrás, rodeando con fuerza la cintura de Aurora con sus brazos. Su aliento cálido golpeó su nuca, erizando su piel.
—Hoy estás muy ocupada —susurró, rozando con los labios la suave piel detrás de la oreja de Aurora.
Ella contuvo un gemido cuando sus labios descendieron, besando con pasión la curva de su cuello. Sus manos aún sostenían el teléfono, tecleando una respuesta rápida a Valerie antes de dejarlo sobre la mesa.
—Son solo unos asuntos menores —respondió Aurora, intentando mantener la voz serena a pesar del acelerado ritmo de su corazón.
Pero Damian no se conformó. Sus grandes manos se deslizaron hacia adelante, colándose bajo el blazer de Aurora, recorriendo sus costillas antes de agarrar sus senos.
—¿Asuntos menores? ¿Crees que no sé que mientes? —preguntó Damian.
Aurora contuvo la respiración cuando sus dedos jugueteaban con sus pezones ya erectos a través de la tela del sostén de seda.
—Yo no...
—Cállate —ordenó Damian, mordiendo suavemente su hombro co