El coche negro de Aurora acababa de llegar a la entrada del estacionamiento subterráneo de White Corporation cuando su móvil vibró. Abrió la notificación. Había llegado un mensaje corto.
Sebastian Knight: Lunch today? Private place. We need to talk.
Aurora miró la pantalla del móvil un buen rato, dibujando en sus labios una sonrisa fría y sutil. Valeria la observó de reojo, intrigada.
—¿De quién es, Luna?
Aurora tecleó una respuesta rápida.
Send me the address.
La pantalla parpadeó de nuevo. La ubicación llegó enseguida: un restaurante privado en la planta alta de un hotel cinco estrellas en el centro de la ciudad. Aquel restaurante era famoso entre Alphas y Betas de la élite; solo ciertas personas podían comer allí sin ser molestadas por paparazzis.
—¡Cambiamos de plan! No voy a la oficina. Llévame aquí.
Le pasó el móvil, mostrando el mapa digital.
Valeria dudó un segundo. —¿Sebastian Knight? ¿Estás segura, Luna?
—Damian no lo sabrá. Además, aunque lo supiera, no se atrevería a armar