*—Dominick:
Aun no podía creer que Callum estuviera embarazado y que nunca se diera cuenta de ello.
—Las señales siempre estuvieron ahí… —rió Dominick sin alegría, moviendo la cabeza, incrédulo—. Has estado raro desde hace semanas. Comida vegetariana. Vómitos. Mareos. Incómodo al tener sexo… —enumeró—. Lo sabías. Lo sabías desde el principio, ¿verdad?
—Sí, lo sospechaba, pero con Noah lo confirmé —admitió Callum, sin esconderse.
Dominick se irguió, sintiendo el estómago revolverse.
—¿Y no pensabas decírmelo? —su voz salió más dura de lo que esperaba. Y se obligó a respirar. Calma. No podía asustarlo, no a él, no en ese estado.
—Dominick…
Solo un susurro, pero bastó para romper algo en su pecho.
Y entonces, otro recuerdo lo asaltó. El día en casa de sus padres. Callum no comió nada que no fueran hojas verdes, y luego… lloró con su madre en el jardín.
—Cuando estabas con mi madre… llorabas por esto, ¿verdad? —preguntó Dominick, con la voz seca.
Callum no respondió.
—Mi madre lo sabe, ¿v