*—Dominick:
Cuando llegaron al restaurante, un camarero los condujo por unas escaleras hasta el segundo piso, donde había un área más tranquila y con vistas a la calle arbolada. Era una terraza cubierta, iluminada por luz natural que se filtraba a través de toldos blancos. El aire olía a albahaca fresca y café recién hecho.
Allí estaban Engel y otra figura masculina sentados en una mesa de madera clara. Engel se levantó enseguida con una sonrisa amplia, mientras el otro hombre, alto, delgado, con el cabello negro perfectamente peinado y ojos verdosos atentos, se puso de pie con más lentitud y formalidad mientras los saludaban.
Dominick sintió un destello de orgullo. Colocó suavemente una mano en la espalda de Callum, animándolo a adelantarse para la presentación. Era su pareja. Su omega. Su compañero destinado.
Le hubiera gustado que Dante estuviera allí también para presentarle a Callum, pero su primo era prácticamente imposible de localizar cuando se perdía por días en sus lu