*—Dominick:
Su hermana Nicole lo miraba desde su asiento, completamente confundida ante su actitud, pues Dominick estaba riéndose de felicidad al ver que su omega estaba a punto de estar bajo su merced.
Nicole le estaba frunciendo el ceño con esos ojos oscuros que compartían como hermanos. No tenía idea, claro que no. No podía imaginarse que, dentro de ese expediente, entre los últimos cinco candidatos para su nuevo asistente, estaba el hombre que le había trastornado la vida entera.
El mismo hombre con el que había pasado la noche más intensa de su vida. El mismo beta de ojos verdes y sonrisa temblorosa que, sin querer, había marcado su destino.
—¿De qué te ríes, Dominick? —preguntó Nicole, ladeando la cabeza con fastidio.
—Nada… —negó él, sin dejar de mirar la hoja de vida delante de él. “Callum Avery". Su nombre, tan común y tan poderoso para él ahora, lo atravesaba como un puñal.
Sabía que Callum había estudiado en la misma secundaria que Noah, el omega dominante que estaba