Capítulo 40 —En Ella
Narrador:
La noche ya se había apoderado de la cabaña, envolviéndolos en ese silencio íntimo que parecía hecho a medida para ellos. Afuera, apenas se escuchaba el crujido de las ramas movidas por el viento. Dentro, la luz cálida del fuego se reflejaba en las paredes de madera, creando un ambiente que olía a leña, a piel y a lo que estaba por venir. Eros se encontraba de pie, apoyado contra la mesa, con una lata de refresco en la mano y los ojos clavados en Sasha, que estaba descalza sobre la alfombra, envuelta en una de sus camisetas. Las piernas cruzadas, el cabello suelto, la mirada encendida.
—¿Y bien? —preguntó él, con tono ligero, pero con la sonrisa ladeada que siempre anunciaba peligro —¿Ya te vas?
Sasha alzó la mirada, levantando apenas una ceja.
—No. No me esperan hasta mañana.
Eros soltó una risa baja, profunda.
—Perfecto —dijo, dejando la lata sobre la mesa sin apuro —Espero que hayas traído analgésicos.
Ella parpadeó, divertida.
—¿Qué?
—Porque voy a fo