Capítulo 39 —Dos meses
Narrador:
Aún con sus cuerpos unidos, con la respiración desordenada y los músculos temblando, él apoyó la frente contra la de ella, con los ojos cerrados.
—Joder, Naty… tú me desarmas —susurró, con esa voz áspera que nacía entre el deseo y la verdad.
Ella no respondió enseguida. Solo lo miró, y con los dedos aún enredados en su nuca, murmuró:
—Tú también lo haces conmigo.
Él acarició su mejilla con el dorso de la mano, como si no quisiera dejar de tocarla nunca.
—Hubiera sido lindo… si aquella vez no hubiéramos fingido estar borrachos. Si hubiéramos empezado algo de verdad.
Natalia parpadeó una vez... y otra. Y entonces lo separó con suavidad, aún sin despegar la mirada, pero con firmeza. Él entendió. La ayudó a bajar de la encimera. Se vistieron rápido, sin decir nada. No por vergüenza, sino porque el momento lo pedía. Como si ahora lo urgente no fuera volver a tocarse… sino hablar. Natalia se acomodó la camiseta mientras buscaba con los pies sus pantuflas, y