Capítulo 64 —Solo tú
Narrador:
El trayecto hasta la mansión se sintió eterno, aunque apenas pasaron veinte minutos. Las luces de la entrada parpadearon al detectar el vehículo. Uno de los guardias se acercó para confirmar su identidad, pero al verla tras el volante, no hizo más que saludar con un leve gesto y abrir el portón. Ni una pregunta. Ni una palabra.
Sasha estacionó con precisión quirúrgica, apagó el motor y bajó sin apuro. El viento movía su vestido como si intentara calmarla, pero ella estaba hecha de piedra en ese momento. Cruzó el jardín sin detenerse, entró por la puerta lateral y subió directo a su habitación. No encendió la luz, no la necesitaba.
Se quitó los tacones de un tirón, los dejó caer donde cayeran. El vestido, arrugado y manchado de rabia, acabó en el respaldo de una silla. Caminó en ropa interior hasta el baño, abrió la canilla y se lanzó agua a la cara. El reflejo que la miró desde el espejo no era el suyo. O no el que conocía.
Había dolor, sí. Pero también u