Capítulo 63 —No huyas
Narrador:
La mansión Adler estaba en silencio, Dominic, en cambio, había encontrado su pequeño oasis en la sala de estar contigu; una pantalla gigante, una cerveza fría, y su equipo favorito disputando un partido que prometía goles y adrenalina. Estaba justo en el minuto cuarenta y tres, al borde del grito de gol, cuando le llamó la atención, un ruido a su lado. Era ella... Natalia. Recién salida de la ducha, con el cabello húmedo cayéndole en ondas oscuras sobre los hombros. Llevaba una bata de tela fina, apenas ceñida, y descalza. Dominic se quedó helado, clavado como si hubiera cruzado una línea invisible. Tragó saliva.
—Naty...
—Dom, tenemos que hablar, ya no podemos seguir en silencio
Apagó la televisión. Se pasó una mano por el rostro y se levantó con ese aire de quien está a punto de entrar en un campo de batalla… o en una trampa deliciosa.
—No estoy listo para hablar... —dijo, con la voz más tensa de lo que quería.
—Pero lo haremos, ven —y estirpo su ma