Capítulo 149 —Perfil bajo
Narrador:
Pasaron unos días y el ambiente en la mansión comenzó a aflojarse. Las voces ya no sonaban tensas, las miradas dejaron de buscar peligro en cada esquina y hasta la rutina volvió a instalarse en pequeñas dosis. Parecía que la tormenta había pasado, que el peligro se había disipado como humo al viento. Pero el Diablo no se engañaba. Esa calma no era más que un disfraz, y él lo sabía. Podía sentirlo en los huesos, ese instinto que no lo había dejado caer en toda una vida de enemigos. Por eso, aunque permitía que los demás respiraran, no bajaba la guardia. Sus hombres tampoco. No porque ellos fueran tan desconfiados como él, sino porque seguían su ejemplo al pie de la letra. El mensaje había quedado claro desde el primer día:
—Mientras yo esté alerta, ustedes también lo estarán
Así, aunque en la superficie reinara la tranquilidad, en el fondo todos sabían que bastaba un solo movimiento equivocado para que volviera la guerra. Dominic lo alcanzó una tarde