La loba Carmina rabiaba por dentro, no podía creer que esa loba que llegó llena de heridas y que parecía una loca, fuera en realidad la luna de una manada tan importante como lo era el territorio Luna De Plata.
La sensual loba alguna vez vió de lejos al apuesto Alfa Salvatore, sus cabellos negros y largos, sus brillantes ojos verdes, su cuerpo perfecto, él exudaba masculinidad, poder, elegancia. Era el sueño de cualquier loba que pisará la tierra. Un digno contrincante de Joshua Romano.
— Bueno... Creo que es hora de que el Alfa Salvatore reclamé a su luna perdida. Y vamos a ayudarle con eso. Te alejarás de mi macho, Alejandra. No creas que te voy a permitir quedarte con Joshua. El volverá a mi.
Sin perder tiempo la bella pero maquiavélica Carmina, regresó a su pequeña villa para hacer una ligera maleta. Ordenó que prepararán su carroza, saldría lo antes posible al territorio Luna De Plata. Y así lo hizo, Alejandra no sospechaba en lo absoluto que alguien se dirigía a busca