El rey sentía que el mundo se le venía encima, su hermosa luna en la cama con su hermano era...lo más terrible que se pudiera imaginar. Su dolor era indescriptible, y estaba tan cegado de celos y furia que no veía los pequeños detalles.
— ¡¿En qué momento convenciste a mi luna de aceptar entrar a la cama contigo, Angelino?! ¡Soy tu hermano, ella es mi luna, nunca debiste cruzar esa linea!
Leonardo jadeaba de rabia, definitivamente iba a matar a su segundo hermano.
— ¡No es lo que piensas Leonardo, te estás equivocando, escúchame!
— ¿Me quieres ver la cara de imbécil? ¡Toda la habitación huele a sexo, ustedes se revolcaron aquí sin importarles yo, o los cachorros! ¡Debería matarte Alejandra, debería cortarte la garganta y aborrecerte para siempre!
Angya no volteaba, ella estaba temblando de miedo sobre la cama. La furia de un Alfa no era cualquier cosa.
— Tengo miedo Angelino... — Angya tenía una voz muy parecida a la de su hermana.
— !Pues deberías, todavía no se