Un cachorro más.
Los días pasaban y el Alfa Salvatore no regresaba al territorio Luna De Plata, él solamente enviaba por más provisiones a sus centinelas y seguía en su incansable búsqueda.
La tristeza del rey Leonardo se iba haciendo cada vez más evidente, su corazón estaba vacío sin sus cachorros y sin su luna. Deseaba con toda su alma encontrarlos y traerlos con él de regreso al castillo Salvatore, pero el destino parecía tener otros planes.
— Leonardo, hay cosas importantes que atender en la manada, no te puedes ausentar tanto, si nuestros enemigos se enteran van a intentar atacar el territorio. — El beta Patricio le decía a su Alfa.
— No voy a regresar, no me voy a rendir todavía, ordenaré que Angelino y Damiano regresen a la manada para que la salvaguarden, con dos Alfas Salvatore ahí, esos chupasangre no se atreverán a atacar. Envía mi orden con dos guerreros, que salgan de inmediato a informarles a mis hermanos que deben volver.
El Alfa se refería a los clanes de vampiros enemigo