Un Alfa que resuelve, y sirve bastante bien.
Los adultos bajaron a desayunar, los tíos observaban a los cachorros bastante enfadados.
— ¿Son ideas mías o aquí se siente algo muy tenso? — El Alfa Romano preguntaba.
— No, no son ideas tuyas, Petya y yo fuimos atados de pies y manos con las agujetas de nuestras botas, y por supuesto que sabemos que fueron los cachorros Salvatore, de haber sabido que iban a ser tan traviesos no los habríamos buscado con tanto ahínco. — El Alfa Damiano aclaraba la pregunta.
— Damiano, ¿Ya tienes las pruebas para acusar a mis cachorros de lo sucedido? Si es así, quiero verlas.
— No, no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas de que fueron ellos.
Solo que está vez Alejandra estaba presente y a los cachorros no les sería tan fácil salirse con la suya.
— ¿Eso que dicen sus tíos es verdad? Respondan, Lionel, Lobezno, Leo, les hice una pregunta. ¿Quién ató a sus tíos?
Los cachorros al sentirse descubiertos, pronto se señalaron entre ellos. Al final todos habían sido culpables, ellos no l