Por la mañana, llegaba la loba Carlota a la ciudad principal del territorio Luna De Plata, era ahí donde se encontraba el castillo Salvatore.

— ¡Apresúrate, ya hemos perdido mucho tiempo por esa llanta que se rompió! — La loba regañaba a su chófer.

— Lo siento mucho señorita Carlota, no alcance a ver ese pozo. Pero ya estamos aquí.

— ¡Vamos, dirígete al castillo, tengo que encontrar a ese Alfa pronto!

El cochero obedeció la órden, entraron al territorio pero pronto fueron detenidos por centinelas que les salieran al paso, no cualquiera iba a entrar ahí sin ser interrogado.

— ¿Quiénes son ustedes? Identifiquense. ¿Qué han venido a hacer a nuestro territorio? — El centinela se mostraba duro y sin expresión en su rostro.

— Mi señorita viene a buscar al Alfa Salvatore, es importante que hable con él. Ella se llama Carlota, y yo me llamo Jeremías.

— ¿Qué es lo que quiere con nuestro Alfa? Que hable, de lo contrario no la dejaremos pasar. — El centinela hacia a la perfec