Las lunas se conocen. Los cachorros no harán travesuras.
Después de comer y conversar unos momentos con el rey. Era momento de que Katya se marchara, solo que antes Leonardo le dió una carta atada con una fina cuerda para que se la entregara a su luna.
— Tomassi, cuida bien de la luna de mi hermano, si algo le pasa está de más decir que te va a arrancar la cabeza, ahora vayan, no es bueno que ella siga aquí.
La luna y el beta volvieron a tomar camino, los caballos corrían velozmente, pero el corazón de Katya dolía al alejarse cada vez más de su compañero.
— Que suerte la tuya hermano, por fin la has encontrado, pero también te has tenido que separar de ella. — murmuró el rey para si mismo.
(...)
Horas más tarde, ya al anochecer, Tomassi se identificaba con los centinelas que estaban vigilando la entrada al territorio Dark Moon.
— Soy el beta del Alfa Damiano Salvatore, traigo una carta del rey para su luna, y algo más.
— Beta Tomassi, pasa, ¿Sabes algo de nuestro rey?
— Solo sé que fue a su punto de vigilancia, viaja