La llegada de Ale al castillo Salvatore.
Un coche amplio los esperaban en la puerta, el chófer al verlos salir de inmediato bajó para abrirle la puerta a la madre que cargaba un cachorro, a su Alfa que también tenía un lobezno en brazos, y al beta que seguía batallando con el cachorrito que llevaba.
— Vamos al castillo Romano. — Ordenó el Alfa.
Ellos se marcharon mientras que la loba Carmina observaba la escena con rabia. Joshua no pudo haberla cambiado por una maltrecha madre de tres cachorros.
— ¡Me las pagarás Joshua, te lo juro que me las pagarás...! — Dijo para si la furiosa loba. No aceptaba que después de estar tan cerca de cumplir su sueño, lo hubiera perdido así tan derrepente.
— ¿Qué pasó con esa loba? Eres un Alfa soltero. Tienes el derecho de rehacer tu vida, o tener una pareja sexual.
— Sé que lo tengo, estuvimos juntos un tiempo como ya escuchaste, pero ya se acabó.
— Ella dice que la dejaste sin razón. Nadie se merece que lo dejen así, parece que te quiere y está desesperada por hablar conti