Se encaminó hacia la puerta, con un cosquilleo en el estómago que reconcomio como emoción.
-Buenos días, Anne- dijo él nada más verla.
Estaba guapísimo
-Hola Peter- respondió ella. “mantén un tono ligero y jovial, como si no pasara nada, como si no hubieras estado pensando en él cada minuto del día” se dijo. No sabía que hubieras vuelto ya.
-Acabo de llegar.
-¿Has conseguido solucionarlo todo?
-Más o menos- dijo él apoyándose en la jamba de la puerta. Parecía cansado. Hasta la próxima crisis- sonrió lenta y seductoramente. ¿Te vienes a cenar conmigo?
Anne tragó saliva antes de forzar una sonrisa.
-¿Esta noche?- preguntó, claramente más afectada de lo que quería estar. No creo que sea una buena idea. Pensé que habíamos dicho que no éramos más que amigos.
-¿Y los amigos no comen juntos?
-por supuesto que sí…No quería decir eso, sino….
-Has comido con un montón de gente estas semanas. ¿Por qué no conmigo?
Ella lo miró fijamente.
-¿has estado indagando sobre lo que he hecho?
-No creo que