De pronto Peter se detuvo.
-¿Qué sucede?- preguntó ella mirándolo a los ojos.
-Esto no debería ocurrir así, no entre nosotros, no contigo.-él hizo un sonido gutural. No quiero tener este tipo de relación contigo. Quiero que nos casemos, despertarme cada mañana a tu lado, saber que estarás en casa cuando llego por la noche, tener una vida contigo. Si hacemos el amor, solo habré conseguido tu cuerpo, no tu corazón, y eso no es suficiente.
-Tú querías que fuéramos amantes- dijo ella, luchando por evitar las lágrimas. ¿Qué ha cambiando?
-Yo. He cambiado yo. Te amo y no estoy dispuesto a tenerte así. Y claro que te deseo, como un loco, pero quiero mucho más que esto.
-Quieres demasiado.
-Quizás. Pero así soy yo. Jamás me he conformado con menos de lo que quiero exactamente.
-O todo o nada, ¿verdad?
-Sí, si tú prefieres decirlo así.
-¿Y si resulta ser “nada”?
-Jamás he considerado esa opción y no voy a considerarla ahora.
El arrancó el motor y se pusieron en marcha.
Anne ocultó el rostro pa