Esa voz... no había forma de no reconocerla. Era la misma que había escuchado antes. La misma que habló en mi sueño. Él. Otra vez, él.
—¿Por qué no lo haría? —respondí, sin atreverme aún a girar el rostro.
—Porque el juego acabaría antes de empezar —su lengua trazó una línea húmeda sobre mi clavícula—. ¿No te da curiosidad saber cuál es? — cuestiono justo alado de mi oreja mientras jugueteaba con su humeda lengua de ella
Podía percibir la sonrisa en su voz, no necesitaba verla para saber que le divertía hablarme así, envolviéndome en ese tono que era un susurro y una trampa al mismo tiempo.
¿Qué se supone que debía responder ante tal proposición?
Mi curiosidad era una caída sin fondo, pero mis piernas temblaban... ¿de miedo o de algo más oscuro?
—Asumo tu silencio como una respuesta positiva — musitó, y sus manos comenzaon a descender por mi columna asta aferrarse a mi cadera,por encima de mi uniforme blanco, ejerciendo una leve presión.
El ligero sonido de la tela rasgándose atra