Davian Taleyah

El vapor se deslizaba por las paredes de piedra del sauna, envolviendo mi cuerpo en calor y sudor. Sentía cada músculo relajarse, pero mi mente seguía siendo un caos. Tenía que aclarar mis pensamientos, olvidar por unos minutos la maraña que se había convertido mi vida desde aquella noche.

Salí del cuarto envuelto apenas en una toalla, con el cabello húmedo y la piel perlada de sudor. El vapor todavía me envolvía como una neblina, y fue entonces cuando la vi.

Julienne.

Estaba a mitad del pasillo, detenida, con los ojos muy abiertos al verme.

Me quedé quieto, observándola. Sus mejillas se sonrojaron de inmediato. Su mirada se aferró un instante a mi torso, descendiendo por la línea marcada de mi abdomen hasta que se encontró con la toalla… y luego volvió bruscamente a mi rostro. Quiso apartar la vista, pero no lo hizo.

Ese instante fue suficiente para encenderme.

Sonreí con lentitud. Despacio, caminé hacia ella, aún con el cuerpo caliente del sauna, aún con las gotas de