TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 7. Buenos y malos negocios
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 7. Buenos y malos negocios
Henry se miró en el espejo de la sala como si no pudiera reconocerse a sí mismo. Durante años había tratado de alejarse de Rebecca y ahora lo único que quería era tenerla cerca. Caminó por el departamento un rato, revisó papeles, encendió el televisor, pero no logró concentrarse en nada.
—Esto no puede seguir así —murmuró para sí mismo, pasándose la mano por el cabello—. Como no encuentre algo productivo que hacer, ¡me veo haciéndole agüita de calzón a Rebecca para matar el tiempo!
Caminó hasta la ventana, observando la ciudad desde lo alto, y entonces se le ocurrió una idea. Tomó el teléfono y marcó un número, el de su mano derecha, la izquierda y una parte considerable de sus neuronas funcionales: Camilo.
—Hermano, soy yo. Necesito un favor… No, el canal porno ya lo tengo, esto es en serio. ¿Podrías traerme mi computadora de casa? —pidió.
“¿Qué planeas hacer?” preguntó su amigo, con tono desconfiado.
—Todavía no lo sé —