TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 3. Demasiados “quizás”
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 3. Demasiados “quizás”
La madrugada se filtraba débilmente por las cortinas del enorme ventanal cuando Rebecca se removió entre las sábanas y, al extender la mano, no encontró a Henry a su lado. El espacio vacío en la cama aún conservaba un poco de calor, pero el silencio del cuarto la hizo incorporarse con una sensación de ligera inquietud. Se puso la bata de seda que estaba sobre el respaldo del sillón y salió descalza, dejando que sus pasos suaves resonaran apenas sobre el piso de madera.
Henry estaba de pie frente al ventanal del salón, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón del pijama, observando la ciudad que todavía dormía. Su silueta se recortaba contra la luz opaca de otros departamentos, y su rostro, serio y ausente, tenía una expresión que a Rebecca le pareció de cansancio profundo, casi resignación.
Se acercó despacio, sin querer romper el silencio, y cuando él la vio reflejada en el vidrio, giró hacia ella con una media so