CAPÍTULO 24. La otra
CAPÍTULO 24. La otra
Henry salió de la casa de sus padres con la cabeza llena de voces que no lo dejaban en paz. Caminaba rápido hacia el coche, pero por dentro estaba paralizado, en shock. Las palabras de su padre, de su madre y de Chelsea seguían repitiéndose como un eco envenenado:
“somos tu familia… siete millones no es nada… doblega a Rebecca”.
Se frotó el rostro, intentando despejarse, pero lo único que consiguió fue sentir el cansancio pegado a los huesos. Había estado escuchando lo mismo por mucho tiempo… ¿por qué solo reaccionaba ahora?
Condujo de vuelta a su casa con el corazón estrujado. Tenía que hablar con Julie Ann, explicarlo lo que implicaba no devolver las cosas, pedirle que firmara… pero en cuanto abrió la puerta se dio cuenta de que ahí había un caos muy diferente.
Había un revuelo enorme en el pasillo principal. Las criadas iban de un lado a otro, cargando cajas, arrastrando bolsas negras y cuchicheando entre ellas.
Henry se detuvo, confundido.
—¿Qué está pasando a