CAPÍTULO 23. En shock
CAPÍTULO 23. En shock
Henry estaba tan borracho que ni siquiera notó que se quedaba dormido en la silla, allí en la habitación de Rebecca. La botella de whisky que se había tomado con Camilo le estaba pasando factura. Su respiración era pesada y su cabeza colgaba un poco hacia adelante, como si todo el peso de sus culpas lo mantuviera encorvado incluso dormido.
Y por supuesto que tampoco se dio cuenta cuando Julie Ann se asomó a la puerta, en silencio, sin hacer el menor ruido. Había dormido poco y mal, pensando en dónde diablos podía estar Henry y en lo poco que le gustaba que se reuniera de nuevo con Camilo, pero se quedó helada al verlo allí dormido. Su mirada recorrió la habitación con cuidado; no era difícil imaginar de quién había sido ese espacio. El perfume que impregnaba las cortinas todavía hablaba de Rebecca, y el orden cálido y elegante gritaba su nombre.
Julie Ann apretó los labios con fuerza, sintiendo una punzada de celos. Las palabras de Rebecca, aquella frase lanzada