CAPÍTULO 21. Un plan entre manos
CAPÍTULO 21. Un plan entre manos
Henry no entendía qué diablos le pasaba. Llevaba años jurando que Julie Ann era el amor de su vida, la razón por la que había luchado contra medio mundo, la mujer por la que había soportado humillaciones y discusiones. Y ahora que por fin estaba libre para estar con ella, ahora que no había cadenas legales, ni matrimoniales, ni de reputación, ahora que podía tenerla como siempre había soñado… no quería tocarla.
¿Rebecca tenía razón entonces? ¿Por qué había pasado sus primeras horas como hombre libre, corriendo detrás de la mujer de la que había pregonado a viva voz que se quería librar?
No lo sabía, la verdad era que no lo sabía, pero tampoco podía ver a Julie Ann de la misma manera.
Ella rodeó el espacio que los separaba y su bata de seda arrastró sobre la alfombra; se le acercó con esa mirada de niña caprichosa que solía derretirlo, y le pasó la mano por el pecho, acariciándolo. Él se tensó, como si le hubieran echado encima un balde de agua fría, y