CAPITULO 31. El resultado oficial
CAPITULO 31. El resultado oficial
Henry quiso que la tierra se lo tragara cuando vio a Rebecca en la puerta. El corazón se le desbocó de golpe, como si le hubieran dado un puñetazo invisible en el pecho. El aire en sus pulmones se volvió pesado, y con un movimiento instintivo, torpe, escondió el diario debajo de las sábanas, como un niño atrapado con un secreto prohibido. El cuaderno desapareció a un costado de su cuerpo, y él apretó los bordes con los dedos temblorosos, temiendo que ella lo descubriera.
Rebecca entró con paso seguro, envuelta en una larga gabardina oscura. La luz blanca del hospital resaltaba el contraste de su cabello desordenado, y su mirada ni siquiera paseó por la habitación, como si realmente no le interesara que él estuviera allí.
—Es alérgico a la penicilina y a todos sus derivados —sentenció caminando hacia Camilo y este sonrió, como si la seriedad de la situación no fuera con él.
Abrió los brazos exageradamente, y no tuvo que fingir la emoción.
—¡Becca! —exc