KIERAN:
Por un segundo pensé que lograría intimidarlo con mi tono, pero Kieran curvó sus labios en esa maldita sonrisa suya, ese gesto arrogante que siempre lograba irritarme. Se encogió de hombros, como si mis palabras no tuvieran peso alguno.
—No veo por qué no —respondió con ese tono sarcástico que tanto detestaba, mientras metía las manos en sus bolsillos. Luego miré a Elena con total seriedad—. Es cierto. Ella aceptó ser mi compañera. Observé cómo la noticia causaba conmoción inmediata. Clara y su madre se giraron hacia Claris con miradas interrogantes. Podía sentir la tensión en el aire, mezclada con sorpresa y confusión. —¿¡Es tu pareja...? —exclamó Clara, evidentemente emocionada. Vi cómo intentaba alcanzar el brazo de su hermana. —Claris, &i