335. UN DÍA DESCONCERTANTE
CLARIS:
Estaba realmente desconcertada con lo que había sucedido ese día. Todavía no lograba descifrar en qué me había metido. Desde mi llegada al pueblo, me había dedicado a buscar trabajo desesperadamente antes de que se agotara el dinero que habíamos traído. Las medicinas de mi hermana gemela eran costosas, y por eso, cuando el señor Fenris me preguntó si quería una entrevista para ser la asistente del señor Kieran Theron, sin otro puesto a la vista, acepté. Sin saber que mi vida cambiaría para siempre.
Esa mañana me había levantado con la sensación de que lo lograría. Debía presentarme en el imponente edificio de su empresa; tenía cita para después del mediodía.
—Mamá, no te asustes. A lo mejor llego tarde hoy porque la entrevista de trabajo es por la tarde. Ese señor se ve que está muy ocupado —le dije a mi madre, Elena, mientras desayunábamos.
—De acuerdo, Claris, pero cuídate. No me gusta que conduzcas de noche por ese camino rodeado de vegetación —respondió, mientras tratab