Esto no es solo una misión. La voz de Atka resonaba potente en mi mente, su determinación afilada como una hoja. Es venganza. Nadie juega con nosotros sin pagar las consecuencias. Caminé hacia la salida de la guarida, dejando que el frío de la noche limpiara mis pensamientos. El viento traía consigo los múltiples olores del bosque, pero ninguno era lo que buscaba aún. Sin embargo, eso no importaba. Había un rastro oculto ahí afuera y lo encontraría.
El primero en interceptarme fue mi Beta, Fenris. Apareció justo detrás de mí, con su mirada siempre inquisitiva. Sabía que estaba confundido por lo que había sucedido en la guarida de los brujos. Se había enamorado de Clara y se había encariñado con la niña, pensando que era su pareja destinada. —¿Qué sucede exactamente? —preguntó, anali