CLARIS:
Me quedé mirando al señor Kieran Theron. Se veía más cómodo con los cachorros de lobos que con los humanos. Las pocas veces que lo había visto tratando con ellos, siempre tenía una expresión de fastidio y la urgencia de marcharse. Excepto conmigo. Contrario a todo su comportamiento con los demás, a mí me quería cerca.
Podía ver las interrogantes en su mirada y sabía que debía decirle la verdad si iba a seguir trabajando para él como su abogada. Tenía que ser transparente.—Señor Kieran, ¿puede acompañarme a una habitación? Necesito tener una conversación con usted a solas. —Y, antes de que me respondiera, le pedí a mi hermana Clara que cuidara de los cachorros—. Utilizaremos el despacho del doctor.Sin esperar por él, salí adelante, decidida a decirle toda la verda