KIERAN:
Después de decirles a las mujeres que al día siguiente estaríamos ocupados y que el doctor Gael, responsable de nuestro orfanato, las llevaría a dar un recorrido, estuvieron de acuerdo, especialmente al ver a mi primo, que era un encanto de persona; y era entendible, era un omega.
Las dejamos con él y nos fuimos de inmediato, sintiendo sus miradas clavadas en nuestras espaldas. Pero teníamos que saber; no era algo que podíamos dejar para después. El vuelo fue rápido, a pesar de que duró unas cuantas horas. Al llegar, ya teníamos listos los autos que nos llevarían cerca del lugar, así como los guías. Unos lobos se ofrecieron a acompañarnos. No íbamos solos; llevamos a un cuerpo de élite de nuestros guerreros. Cuando estábamos en el bosque, dejamos todo atrás y nos convertimos en lobos. Atka a