154. INICIO DEL CASTIGO
CLARIS:
Cuando volví a despertar, lo hice porque sentí la falta de su calor. Lo busqué con la mirada y escuché el agua de la ducha. Me levanté rápidamente, decidida a aprender a ser una loba. No solo tenía que hacerlo, sino que lo deseaba. Corrí al baño y me metí en la ducha con él. No dijo nada, solo me miró y me hizo espacio bajo el chorro de agua. Salió antes de que yo terminara.
Al salir, ya no estaba. Me puse un pantalón cómodo, decidida a no separarme de Kieran en todo el día. Bajé las escaleras corriendo, recordando que ya me había dicho que Clara estaba cuidando a los niños. Eso me tranquilizó, aunque subí de todas formas a llevarles leche. Los encontré dormidos, abrazados a su tía.
—Clara, voy a recorrer la manada con mi Alfa. No salgas de la casa con los niños —le indiqué con firmeza.
—Cuídate, Claris, y no te excedas, recuerda tu situación —respondió entre balbuceos, apretando a los niños contra su pecho antes de quedarse dormida nuevamente.
—¿Qué quieres decir co