FLASHBACK 2 SEMANAS ANTES..

La humedad del lugar era espesa, densa como el silencio que cubría cada rincón de aquella antigua bodega industrial. El eco de pasos se mezclaba con el crujir de las viejas estructuras oxidadas, y la luz que se filtraba por las ventanas rotas apenas iluminaba el rostro de Vittorio, sentado en una silla de respaldo alto, con una copa de licor oscuro entre las manos.

Frente a él, Marco y Miraldi permanecían de pie, tensos como cuerdas estiradas al límite. La reunión había sido convocada con urgencia, y el aire estaba cargado de intenciones ocultas.

—Les diré esto solo una vez —empezó Vittorio, con voz baja pero firme—. Greco Leone no es invencible. Se mueve como si el mundo fuera suyo, pero todo imperio cae cuando sus cimientos se envenenan.

Miraldi cruzó los brazos, apoyándose en una columna manchada de óxido.

—Estamos de acuerdo. Pero Greco no confía en nadie, ni siquiera en sus sombras. Entrarle no será fácil.

—Por eso tenemos una llave —continuó Vittorio,