Roma, 3 meses después
Megan se miró al espejo con un vestido en tono celeste y se dio cuenta de lo bien que le sentaba el embarazo.
Se estaba terminando de arreglar para asistir a la boda de un amigo de Luck, Antonio De Santi, y deseó con todo su corazón que los novios fueran muy felices como lo eran ella y su flamante esposo.
Miró su anillo de casada y suspiró. Era muy feliz.
—Estás preciosa —le dijo el escocés, abrazándola desde atrás.
—Parezco un balón de playa —bromeó Megan.
—El balón más sexy —la molestó Luck.
Megan solo sonrió y se aferró al brazo que él le ofreció para marcharse a la recepción del matrimonio.
—¿Cómo son tus amigos? Espero que no se molesten por saltarnos la ceremonia religiosa —dijo culpable, mientras bajaban de la limosina que los llevó a la mansión de los De Santi.
—Antonio es un hombre de negocios que siempre tuvo ojos solamente para su hermana pequeña, Lisa, ya que perdieron a sus padres cuando ella era muy pequeña. Su abuelo lo crió a él y malcrió a esa ni