Capítulo 53 – Sombras del Pasado.
POV Martina
El avión aterrizó con una delicadeza que contrastaba con el torbellino en mi interior, como si el mundo intentara fingir normalidad mientras mi vida se desmoronaba de nuevo. No era el vuelo lo que me agotaba —horas de turbulencia sobre el Atlántico no eran nada comparadas con lo que había vivido en Nueva York. Era el eco de las palabras de Adrián, susurradas entre jadeos de dolor antes de que Marcela le pusiera fin: Santiago vivo, manipulado, en brazos de Manuela. En aquella bodega húmeda, no me permití derrumbarme; ahora, de regreso en casa, la verdad me aplastaba como una avalancha, robándome el aliento y avivando un fuego que creía extinguido.
El coche me dejó frente a la mansión Montero, su fachada imponente ahora un recordatorio amargo de lo que había perdido —y de lo que, tal vez, aún podía recuperar. Crucé la entrada con pasos pesados, el peso de la carpeta con las fotos quemándome en la mano como un secreto incendiario. Antes de que pudiera procesar el silencio del