C56: Los rumores sobre ti no exageran.
Askeladd frunció el ceño con dureza en cuanto escuchó aquellas palabras que confirmaban la identidad de su interlocutor. No era un emisario ni un soldado cualquiera, sino el mismísimo Alfa Milord quien se encontraba de pie frente a él. La sorpresa fue instantánea, pero junto con ella llegó también la inevitable asociación de su nombre con Azucena.
Ese pensamiento apareció en su mente con una claridad cortante: la Loba Roja. No podía ser por otra razón. Askeladd, como cualquier lobo con conocimiento del mundo, había oído hablar tanto del Reino de Asis como de su soberano, pero hasta ahora nunca había tenido ocasión de cruzarse directamente con él. No había lazos, ni encuentros previos, ni siquiera un saludo formal. Por eso resultaba evidente que la causa de semejante encuentro solo podía girar en torno a ella.
La presencia de Milord en ese lugar no era el único elemento perturbador. Lo que verdaderamente le crispaba la piel a Askeladd era el aspecto con el que había decidido presentars