C14: Un símbolo de caos.
Azucena caminaba detrás de él, con las muñecas esposadas a su espalda y la cadena pendiendo del collar alrededor de su cuello. Una y otra vez, las miradas ajenas se posaban sobre ella con desconcierto, curiosidad y murmullos disimulados. No era la primera vez que caminaba bajo la mirada escrutadora de los demás, pero sí la primera en la que su imagen parecía encarnar un misterio tan perturbador. ¿Era una prisionera? ¿Una ofrenda? ¿Una amenaza disfrazada de doncella?
Finalmente, tras recorrer un largo corredor, cruzaron los jardines internos y se dirigieron hacia el templo. Aquel lugar sagrado se alzaba dentro de la misma residencia del Alfa, custodiado por árboles centenarios y altas columnas de piedra esculpida.
Cuando llegaron, ingresaron por la entrada principal del templo, avanzando lentamente sobre una alfombra roja que cubría el suelo de mármol como un manto de solemnidad. Y fue entonces, cuando ya se encontraban casi en el corazón del templo, que una figura emergió del interior