C34: Puedo hacer cualquier cosa que usted necesite.
—Por favor, mi señor —imploró Azucena—. No puedo quedarme en esta alcoba sin hacer nada. Me resultaría insoportable permanecer aquí, inútil, sin servir de nada. Quiero estar cerca de usted, ayudarlo en lo que sea necesario. Podría acompañarlo a su estudio, organizar los libros, limpiar el polvo, preparar lo que usted precise… lo que usted considere conveniente.
Askeladd permaneció en silencio durante unos minutos, como si evaluara no solo la validez de su propuesta, sino también los riesgos que implicaba dejarla moverse libremente por la residencia.
—No puedo estar detrás de ti constantemente. Mis asuntos requieren toda mi atención, y no puedo abandonarlos para vigilarte a cada instante. Lo más sensato, y sin duda lo más seguro para ti, es que permanezcas en esta alcoba y no salgas por nada del mundo. Ahora bien, dime, ¿prefieres eso? ¿O consideras que sería más seguro que te llevase a la mazmorra y asegurara que no salieras bajo ninguna circunstancia, encerrándote en una celda?
—Rey