Capítulo 42. Sentimientos innegables
Sofía abrió los ojos muy lentamente, y cuando reconoció su entorno, su pulso se disparó.
Estaba en la oficina de Marcus.
Escuchó voces.
Era él, y un hombre.
— Muchas gracias por venir, doctor — dijo Marcus, a modo de despedida, después cerró la puerta.
— ¿Qué… me pasó? — preguntó Sofía en cuanto quedaron solos.
Marcus alzó la vista y la miró. Estaba recostada sobre el elegante sillón junto a la ventana.
— Te desmayaste, pero afortunadamente todo está bien. Tú y nuestro hijo lo están.
La forma tan personal en la que pronunció aquellas palabras hicieron que a Sofía se le erizara la piel, y cuando abrió la boca para responder, alguien llamó a la puerta.
Era la asistente de Marcus.
— Ah, señorita, está aquí — dijo la joven —. Está listo lo que me pidió. La junta está por comenzar.
— Gracias — murmuró Sofía al tiempo que se incorporaba.
Marcus frunció el ceño.
— ¿Junta?
— Sí, he pedido a la junta directa una reunión.
Marcus exhaló.
— Sofía, ¿de qué todo esto? La junta directiva es mi famili