CLÍO:
Por un instante, lo único que pude escuchar fue el zumbido de mi propia mente intentando encontrar una conexión lógica entre todo lo que estaba ocurriendo. Pero no había lógica, no en este enredo que parecía extenderse como una telaraña invisible, atrapando cada fragmento de lo que alguna vez reconocí como verdad.
—Elliot… —empecé a hablar, dudando, pero la mirada que me lanzó me hizo detenerme. Era una mirada inquietante, tan cargada de emociones conflictivas que me costó sostenerla. Él dejó escapar un suspiro áspero, casi desesperado, y empezó a caminar de un lado a otro, como si moverse pudiera aliviar la presión que se acumulaba en su pecho. Su mano temblaba aun cuando se la llevó al cabello, tirando suavemente de él mientras buscaba algo que decir, algo que preguntar, algo que pudiera traerle