227. UN PLAN EN EVOLUCIÓN
Respiro profundamente, tratando de serenar el caos interno que ella me provoca desde el principio. Siempre fue así. Desde el momento en que nuestras vidas comenzaron a entrelazarse, todo dejó de ser sencillo. A veces pienso que su amor es lo único que puede salvarme, pero al mismo tiempo me pregunto si no será aquello que también me destruya.
Me detengo un momento, como si buscara confirmar que no hay oídos cercanos en esta fría celda antes de continuar. Su mirada fija en la mía busca respuestas. Pero solo hay incertidumbre; sé que no tiene fuerzas para mentirme ni razón para decirme toda la verdad. Pero ella es astuta, y muy buena para crear planes.
—Muy bien, crearé un buen plan y te ayudaré a raptarlas —acepta mi propuesta con una sonrisa—. Nadie puede saber que ella está implicada. Y tengo que desaparecerlas muy bien.
Asiento, inclinando la cabeza, planeando algo más allá de sus palabras. Esa expresión calculadora que siempre lleva me delata que ya ha comenzado a trabajar en