La pregunta cayó como una piedrita en el agua, creando ondas que se extendieron por todo el grupo. Su silencio me decía que más de uno compartía esa preocupación, pero no se animaban a expresarla. Respiré profundo.
—No quiero personas así. Quiero personas conmigo en este nuevo camino, como ustedes, que no se dejan influenciar por la mayoría —contesté con firmeza—. Así que muchas gracias, los dejo con Henry y David, arreglando todo. Estos son folletos de cursos de capacitación, que se están iniciando ahora en la escuela de cine para todo el público. Decidan si quieren hacerlos y díganle a David. Buenos días.Me marcho feliz de que haya comenzado mi nuevo proyecto de vida, como lo llamo. Miro hacia la oficina de Clío y veo que todavía no ha llegado. ¿Qué estarán haciendo esas tres mujeres? Sigo caminando hacia su despac