Me quedo de una pieza ante tan calurosa bienvenida. Le devuelvo el abrazo ante la mirada de Leonard, que sonríe complacido y se pone de pie para dirigirse a su escritorio.
—No es necesario, Clío. No los quiero para atrás —dice sonriente. No estoy entendiendo nada.Leonard continúa caminando hacia su escritorio con esa calma que a veces me ponía los nervios de punta, como si ya supiera exactamente lo que iba a pasar. David seguía a mi lado, con la sonrisa más amplia, mirándome como si yo acabara de salvar a la humanidad. Pero yo estaba confundida, atrapada entre destellos de sonrisas y palabras que no alcanzaban a encajar en mi mente.—¿No quieres qué, Leonard? —le pregunto, tratando de mantener una actitud tranquila a pesar de mi desconcierto—. ¿No quieres que regresen los inversionistas? ¿No quieres que limpiemos tu nombre?Leonard se gira hacia m&ia