Capítulo 83.
POV Armando
Dormía poco. Cuando cerraba los ojos, lo único que veía eran llamas, explosiones y cadáveres. El humo de la fábrica aún se me metía en la nariz como si estuviera impregnado en mi piel. Y junto con esas imágenes, estaba ella: Valeria, con los ojos llenos de lágrimas, suplicando por algo que yo no supe darle.
Su rostro me perseguía más que cualquier enemigo.
No había bala que me doliera tanto como el recuerdo de sus palabras: “¿Me estás pidiendo que mate a mi hijo?”
Yo lo había dicho. Yo lo había destruido todo con una frase.
Y sin embargo, en vez de sentirme culpable, convertí esa culpa en rabia. No podía permitirme el lujo de ser débil. No ahora. Los rusos estaban moviéndose rápido, desafiando mi poder, y yo debía demostrar que nadie podía jugar conmigo.
Llevábamos días investigando. Víctor y Jeremías me habían traído la información: el nuevo líder de los rusos, un hombre que se hacía llamar “Korsakov”, había heredado todo después de la muerte de Vladimir. Se decía que era